Cristina fue, Bonadío se borró

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner cumplió los trámites administrativos en los tribunales federales de Comodoro Py y respondió las preguntas referidas a un informe socio ambiental, en la causa por el dólar futuro, trámite en el que no estuvo presente el juez Claudio Bonadío.

CFK concurrió este martes a los tribunales federales de Retiro, donde registró sus huellas digitales y respondió las preguntas de un informe socio-ambiental sin la presencia del juez Claudio Bonadio, quien lleva la causa por la venta de dólar futuro en la que la ex mandataria está procesada y será enviada a juicio oral junto a otros ex funcionarios.

La ex mandataria arribó a Comodoro Py 2002 minutos antes de las 8, tras salir de su departamento del barrio porteño de Recoleta, e ingresó con su vehículo por un acceso lateral que da al Correo Argentino, sin hacer declaraciones a la prensa.

El edificio de Comodoro Py amaneció con doble vallado de seguridad, custodiado por la Gendarmería Nacional y la Policía Federal, mientras que el cuarto piso del edificio, sede del juzgado de Bonadío, estuvo blindado y con los accesos cortados mientras duró la visita de la ex presidenta.

Los trámites duraron media hora y a las 8.30 la ex mandataria abandonó tribunales en su vehículo sin tener contacto con la prensa, a diferencia de anteriores visitas en las que había hecho declaraciones al terminar de ser indagada en dos ocasiones y una tercera, cuando concurrió a notificarse del procesamiento en la causa por dólar futuro.

CFK, en su cuenta de Twitter, consignó, respecto del trámite de huellas dactilares e informe socio ambiental: «La ley, los derechos, garantías constitucionales y el sentido común bien gracias». También agregó: “Por eso mañana les pido que por favor no vayan a Comodoro Py…”.

Precisamente, Cristina detalló, en su pedido a los militantes, que en su anterior presentación judicial hubo «carros de asalto, escuadrones enteros de gendarmería, camiones hidrantes, perros, infantería de PFA», y añadió: «El Gobierno prepara un capítulo más de la distracción permanente como único método de gestión».