Foto: Télam.
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En el partido que marcó la despedida de Gabriel Heinze ante su gente, Newell’s le regaló una goleada ante All Boys. Fue 4 a 2 con dos goles de Ponce, Castro, y Maxi Rodríguez, que reapareció tras la lesión.

Si bien ninguno de los equipos tenía objetivos importantes en el campeonato, ya que la Lepra hace un tiempo perdió las aspiraciones por el título y el Albo jugará la próxima temporada en la B Nacional, las emociones no se hicieron esperar, porque a los 2′ minutos llegó el primer grito en los pies de Ezequiel Ponce.

El dueño de casa, lejos de bajar la intensidad, buscó liquidar el cotejo lo antes posible. Al minuto de conseguir la ventaja, Fabián Muñoz no pudo empujarla y en la jugada siguiente, Lucas Bernardi no definió eficientemente.

Luego de los peligrosos avances, el rojinegro perdió el control de la pelota y los de Floresta empezaron a adelantarse en el campo de juego. A tal punto que en la primera chance que tuvieron, lograron la igualdad a los 18′cuando el remate de Rodrigo Arciero se desvía en un defensor, lo que desconcertó a Nahuel Guzmán.

Pero un All Boys con la cabeza en otra cosa y con la certeza del descenso, regaló muchísimas ventajas y a los 23′ el juvenil Ponce, que sólo tuvo que empujarla ante al pase de Nicolás Castro, volvió a poner a su equipo arriba en el marcador.

En tanto, el ex Godoy Cruz, que había entrado unos minutos más tarde por el lesionado Muñoz, marcó el tercero a los 38′, tras recibir una gran habilitación de Víctor Figueroa.

El complemento pintaba para un trámite, con la Lepra más relajado y siempre más cerca del cuarto que los visitantes del descuento. Pero cuando la gente todavía festejaba el regreso de Maxi Rodríguez, una desatención en el fondo le posibilitó a los del Negro Rodríguez meterse nuevamente en el partido. Entre el Patón y Franco Lazzaroni no hubo entendimiento y Jonathan Calleri lo aprovechó a los 23′.

En la réplica, la Fiera perdió un mano a mano ante Nicolás Cambiasso, lo que hubiese llevado mayor tranquilidad al Parque. En su revancha ante el arquero visitante, Maxi no perdonó y liquidó el encuentro a los 38′.

En un partido cargado de emociones y con una gran cantidad de goles, todos los flashes y ovaciones en la tarde noche en el Parque Independencia se los llevó el Gringo Heinze, que recibió la dedicación y el abrazo en todos los tantos rojinegros.

De esta manera, el experimentado defensor, de gran recorrido por los mejores equipos del mundo, le dice adiós a su carrera en la cancha que lo vio nacer y ante un público que durante todo el encuentro le mostró un gran afecto y reconocimiento.

“Gracias Gringo” rezaban las pancartas con que la gente despidió al zaguero que volvió a sus orígenes para gritar campeón, y que a los 36 años cuelga los botines.

De película

Foto: Télam.
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“La película mía es para ganar 20 Oscar”, había manifestado el entrerriano en su última conferencia de prensa. Y a tal punto fue así que antes, durante y después del partido, una pantalla ubicada en la tribuna que da al palomar reprodujo imágenes de su larga trayectoria por las mejores ligas del mundo.

Además, en el final sus compañeros del plantel le regalaron elogios a través de un video y ni la lluvia tenue que comenzó a caer sobre la ciudad movió a los hinchas de sus lugares que aguantaron para escuchar sus palabras y darle el último adiós.

“Rehago la carta de despedida y sigo jugando, después de recibir este afecto”, arrancó con micrófono en mano el nacido en Crespo. “Para mí, hacer crecer a una institución no es ganar un clásico, es hacer ganar estrellas y jugar copas”, dijo, picante, reabriendo la polémica que ocasionó luego de las derrotas en ambos choques en los que enfrentó a Central.

“Gracias a mis compañeros puedo terminar tan feliz”, dijo Heinze, al tiempo que también agradeció a Sebastián Cejas, actual manager del club. Y “por sobre todo, a mi familia y a mi mujer que es la más bella de todas, por aguantarme y acompañarme siempre”, destacó.

Por último dejó abierta la posibilidad de regresar en el futuro. “Esto no es un adiós. Ojalá y volvamos a reencontrarnos”, cerró.

Las lágrimas y la emoción pusieron punto final, no sólo a sus palabras, sino también a su carrera y a su presencia en el césped del Coloso. Aplausos. Fin.

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