Mientras siguen los tarifazos, los despidos y la economía cae a pique, el gobierno difunde una imagen de que todo está todo bien.
DE FIESTA. Mientras siguen los tarifazos, los despidos y la economía cae a pique, el gobierno difunde una imagen de que está todo bien.

Los propios datos oficiales desmienten el relato macrista que disemina la propaganda mediática. Ese relato fantasea con una economía despegando, en recuperación, con baja del desempleo, repunte de la actividad y menos pobreza. El presidente y funcionarios del área de Hacienda distorsionan la realidad, imaginan un país que no se ve. Apuestan a dejar flotando en el aire sensaciones de una Argentina en crecimiento, de expectativas pum para arriba, cuando la mayoría de las variables económicas vienen en picada. Para la alianza Cambiemos, los miles y miles de trabajadores y trabajadoras que protestan en la calle lo hacen como parte de una acción desestabilizadora-golpista y no porque en quince meses de neoliberalismo amarillo empeoraron sus condiciones de vida.

El “mejor equipo de los últimos 50 años” no da pie con bola, pero Macri no es Bauza. Según información del Ministerio de Trabajo de la Nación y de la Ansés, durante enero pasado se destruyeron casi 44.000 puestos laborales formales al comparar los datos con diciembre de 2016. La contracción del mercado de trabajo –de acuerdo a cálculos privados se cuentan unos 400 mil empleos menos registrados y no registrados desde que gobierna el PRO– tiene relación directa con la mala performance fabril. En efecto, el Indec informó que la utilización de la capacidad instalada de la industria es de apenas el 60 por ciento, iguales niveles que en 2002.

De manera sorpresiva, el Indec de Macri informó un crecimiento de la actividad en enero del 1,1 por ciento, de acuerdo al estimador mensual de actividad económica. Sin embargo, si el dato se coteja con diciembre, la actividad fabril en el país mostró una caída de 0,5 por ciento. La supuesta levantada, después de nueve meses seguidos de retrocesos, se explica por el buen desempeño del complejo agroexportador, uno de los sectores beneficiados por la política oficial, como la devaluación y la quita y rebaja de impuestos a la venta de granos al exterior. Este sector primario de la economía, como la agricultura y la ganadería, creció en enero un 10 por ciento interanual.

A contramano, la industria, la actividad de la construcción y el empleo mostraron signos negativos. Por su lado, la industria manufacturera siguió su recorrido en bajada y exhibió una caída de 0,84 por ciento. En el caso de la construcción, el desplome fue de 1,13 por ciento. “En la reconfiguración de la estructura económica que parece plantear la política oficial, los sectores de servicios son, junto a los primarios, los que estarían ganando posiciones en detrimento de los productivos. Así la intermediación financiera, por ejemplo, muestra una buena performance”, analizó la economista Fernanda Vallejos en un artículo publicado en la página web Mucho más que dos.

Crecen los sectores de servicios, agropecuarios y financieros, en detrimento de los sectores productivos. Este cuadro de situación, como si fuese un deja vu de los 90, se refleja en una caída de la industrial nacional y la dinámica negativa del mercado laboral. Esto trae aparejado una contracción del consumo, enganchado a la suba del desempleo y el recorte en el poder adquisitivo de los salarios, que vienen perdiendo frente a los incrementos de precios. Todo esto se trasluce en una mayor conflictividad social. Habrá que ver qué pasa con la pulseada por el salario en las negociaciones paritarias, donde el gobierno pretende establecer topes en los aumentos.

El Sindicato Empleados de Comercio, con la mayor cantidad de afiliados en el país, cerró la paritaria en 20 por ciento y el gobierno busca que esa negociación sea faro para el resto de las discusiones salariales del sector privado. Las estimaciones para 2017 arrojan una inflación del 25 por ciento, y el año pasado, vale recordar, la inflación promedio fue del 40 por ciento contra las subas salariales promedio del 30 por ciento. Mientras tanto, se dilata el conflicto docente nacional ante la falta de convocatoria a paritarias y el gobierno, más allá de cualquier intento de desgastar el reclamo de los maestros, no logra hallar una salida. En Santa Fe, estatales y municipales aceptaron la oferta del 25 por ciento, y al cierre de esta edición decidían los docentes provinciales si daban el visto bueno o rechazaban la propuesta.

Quizá los desaguisados económicos de Cambiemos estén perfectamente planificados, con el objetivo puesto en disciplinar a los sectores populares y establecer una distribución regresiva de la riqueza. Pero el ajuste encuentra resistencia urbana. Marzo fue un mes de movilizaciones masivas en contra de la política económica de exclusión del gobierno. El contundente paro y marcha de las dos CTA, más varios gremios de la CGT y movimientos sociales del jueves pasado fue la previa de la huelga general convocada por la central obrera cegetista para el 6 de abril contra los despidos, los aumentos de precios y por la recomposición de los salarios. El movimiento obrero mostrará unidad en la acción para enfrentar las políticas neoliberales.

El balance en este primer tramo de gobierno es positivo, dice Macri, aunque la “pobreza cero” sea apenas un eslogan de campaña. Desde el Centro de Estudios Sociales y Económicos Scalabrini Ortiz (Ceso), indicaron que la reciente publicación del Indec de la población bajo línea de pobreza e indigencia en el segundo semestre de 2016 (sí, el promocionado “segundo semestre”), muestra un incremento de la población bajo pobreza de 3 puntos porcentuales y de la población bajo indigencia de 0,8 puntos porcentuales. En términos absolutos la pobreza se incrementó en 1.441.713 habitantes y de 621.631 indigentes respecto al mismo período de 2015. El incremento interanual en la población bajo pobreza es similar al registrado en el segundo trimestre de 2016, sin embargo el incremento de la población indigente fue muy superior.

De todas maneras no hay nada que pueda apagar tanto optimismo gubernamental. El ministro de Economía Nicolás Dujovne, uno de los tantos funcionarios macristas que se benefició con los contratos a dólar futuro después de la megadevaluación, está convencido de ver “brotes verdes” por todos lados, mientras crece la deuda externa. El columnista de La Nación y Clarín, ahora en la función pública, proyecta para 2017 un sostenido crecimiento de la economía, del salario real, del consumo y del empleo. Y evalúa, pese a detestar este supuesto plan de reactivación de corte “populista”, que esto le alcanzará a Cambiemos para ganar las elecciones legislativas de este año. Bienvenidos al maravilloso mundo de Macri.

Fuente: El Eslabón

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