La Comisión Internacional de Comercio norteamericana votó por unanimidad continuar con la investigación sobre el biodiésel argentino por las acusaciones de dumping y subsidios. En la práctica las exportaciones siguen frenadas.

La decisión de continuar con la investigación sobre el biodiésel argentino por las acusaciones de dumping y subsidios fue considerada por las empresas norteamericanas como una señal de que el conflicto terminará con la aplicación de un arancel a la producción argentina, y resulta un cachetazo a las políticas de apertura indiscriminada del goboerno de Mauricio Macri.

La votación de la comisión que decidió continuar con la investigación, de 5 a 0, fue interpretada por las empresas que iniciaron la demanda como un triunfo, dado que el próximo paso es que el Departamento de Comercio determine si impone aranceles antidumping preliminares y tarifas para contrarrestar subsidios.

Biodiésel esquivo o Fahrenheit 451

Pese a que nada tiene que ver este tema con la ciencia ficción, el presidente de la empresa multinacional ADM, una de los solicitantes de la investigación por dumping, se llama Ray Bradbury. El homónimo del autor de Crónicas marcianas se despachó así: «Los hechos muestran claramente que Argentina e Indonesia están involucradas en prácticas de comercio injustas y confiamos en que se impondrán aranceles cuando se tome la decisión final», según consignó la agencia Reuters.

Fuentes relacionadas con el sector de biocombustibles dijeron a Telam que la firma ADM, que está presente también en Argentina, es una de las que empuja con más fuerza el reclamo contra el biodiésel argentino.

Los productores de biodiésel argentinos, que ya debieron enfrentar demandas por dumping de parte de la Unión Europea de las que fueron absueltos por la Organización Mundial de Comercio, ya anticipaban la posibilidad de que el conflicto se resuelva con la aplicación de un arancel, dado que la respuesta que dio la administración del presidente Donald Trump durante la visita reciente de Macri a ese país no había sido satisfactoria, pese a los eufóricos anuncios que el mandatario hizo ni bien pisó suelo argentino.

Cabrera, el aperturista que se comió el amague

Apenas unas horas después de que el ministro de la Producción Francisco Cabrera sostuviera que «La Argentina es el país más cerrado del planeta», este jueves, durante un encuentro sobre competitividad, el funcionario anticipó que podría haber noticias de parte de la Comisión sobre el efecto perjudicial de la producción argentina en las industrias de biodiésel de Estados Unidos.

La bofetada al aperturismo bobo no tardó en llegar, pese a que una semana antes, días después de regresar a Estados Unidos, Cabrera había dicho que tenía “mucha expectativa” en alcanzar una solución favorable a la Argentina en este tema: “Vamos a defender nuestra posición y tenemos muchas expectativas de que esto se pueda solucionar”.

El conflicto comenzó a fines de marzo, cuando un grupo de empresas productoras de biocombustibles de Estados Unidos presentó una demanda bajo la acusación de un supuesto dumping de parte de las empresas argentinas, lo que motivó la apertura de una investigación y el cierre preventivo de las importaciones de parte del país del Norte.

Hasta ese momento, las principales firmas que exportaban biodiésel a Estados Unidos eran Vicentín, AGD, Bunge, Oleaginosa Moreno, Glencore y Molinos.

Las ventas concretadas en 2016 superaron los 1.200 millones de dólares, transformando al mercado norteamericano en el destinatario del 90 por ciento de las exportaciones del sector.

El cierre del mercado de Estados Unidos no es el primero para el sector del biodiésel argentino, que desde 2013 enfrenta una investigación y el cierre del mercado europeo, también por presunto dumping.

La decisión europea sufrió un serio traspié en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que dio la razón a la Argentina.

Mientras se sustanció el proceso, los productores de biodiésel argentinos debieron buscar nuevos destinos para sus exportaciones, y el mercado estadounidense se transformó en el principal. Ahora, todos lloran, menos los limoneros.

Comentarios
Más notas relacionadas
Más por Redacción Rosario
Más en Mundo
Comentarios cerrados

Sugerencia

El Gobierno defendió la presencia de Aldo Rico en el desfile en Tucumán

“Lo de los Carapintadas es cosa vieja, no creo que haya puesto en jaque a la democracia”,